A reescribir la historia: ¿Un 'satélite' campeón en 2023?

Martín y Bezzecchi son dos amenazas para el líder Bagnaia, buscando un hito inédito en la era MotoGP™ y solo al alcance de los 'elegidos'

Inmersos en la época más competitiva del Campeonato del Mundo, la temporada 2023 de MotoGP™ quedará siempre reflejada en los libros de historia como aquella en la que se alcanzó el hito de los 1000 Grandes Premios en el pasado GP SHARK de Francia. Desde que el Mundial echó a rodar en 1949, récords de todo tipo se han sucedido sin cesar, aunque algunos logros han quedado reservados tan solo para algunos 'elegidos'. Es el caso de conquistar el título de la categoría reina sin competir con un equipo de fábrica. Un hito alcanzado con cuentagotas en la historia de la clase reina y totalmente inédito en la era MotoGP™.

 

 

Lawson y Rossi, últimos referentes

Valentino Rossi fue el último en lograrlo. 'El Doctor' debutó como rookie en el 2000 en las filas del equipo Nastro Azzurro, gestionado por Honda Europa, ya que el equipo de fábrica de Honda contaba por entonces con el vigente campeón, Alex Crivillé, Tadayuki Okada y Sete Gibernau. Aquel año, 'Vale' sería subcampeón tras Kenny Roberts Jr, pero un curso más tarde, no perdonaría. Con un claro respaldo de la fábrica, aunque defendiendo los intereses de la misma estructura ante la dupla oficial formada por 'Crivi' y Tohru Ukawa, Rossi lograría el último título de la era 500cc. Acto seguido, daría el salto al Repsol Honda Team. El resto es historia.

 

Rossi seguía así los pasos de Eddie Lawson. Ganador de tres títulos de 500cc con Yamaha en 1984, 1986 y 1988, el estadounidense aterrizó en Honda en 1989 para trabajar bajo las órdenes de Erv Kanemoto. El equipo de fábrica ya contaba con Wayne Gardner y el rookie Mick Doohan, por lo que Lawson militó en el Rothmans Honda. Una grave lesión de Gardner en la tercera ronda haría que HRC se volcara en un Lawson que no desaprovecharía su oportunidad.

 

Gesta de Roberts e intentos frustrados de Gibernau y Melandri

Previamente, en los 80 también se habían vivido otros casos de pilotos que reinaron sin militar en el equipo de fábrica, como los italianos Marco Lucchinelli y Franco Uncini, en 1981 y 1982, respectivamente, montando ambos una Suzuki en el equipo de Roberto Gallina. Tres años antes, en 1978, Kenny Roberts había asombrado al mundo con su estilo inconfundible forjado en el 'dirt track' al ganar el primero de sus tres títulos mundiales. El genio americano maravilló como rookie con Yamaha USA para destronar a Barry Sheene y a Suzuki.

 

En su caso, 'King Kenny' contaba de inicio con un material más limitado que el de los pilotos de fábrica, pero sus grandes resultados le reportaron un mayor apoyo de Yamaha a mitad de curso de camino a la primera de sus coronas de 500cc. Su gesta inspiró a muchas generaciones y en la década del 2000, en pleno dominio de Rossi, Sete Gibernau y Marco Melandri fueron los 'valientes' que probaron fortuna lejos de un equipo de fábrica. El español fue subcampeón en 2003 y 2004 con el Telefónica Movistar Honda, misma estructura con la que el italiano replicaría dicha posición un año después, con 'Vale' rindiendo a un nivel superlativo.

 

Quartararo y Morbidelli, muy cerca

Hubo que esperar muchos años, dentro de la era MotoGP™, para ver a auténticos candidatos al título militando en una estructura satélite, coincidiendo con el salto competitivo de los equipos independientes, en una era cada vez más reñida. En este caso, el Petronas Yamaha SRT fue el que se quedó con la miel en los labios. En la atípica campaña 2020 y con material técnico teóricamente inferior al del equipo de fábrica de Yamaha, Franco Morbidelli finalizaría subcampeón tras la Suzuki de Joan Mir, después de que su compañero, Fabio Quartararo, presentara seria candidatura al título en las primeras rondas meses después de su fantástica campaña como Rookie del Año 2019.

 

La explosión de 'La Bestia'

El pasado curso 2022, Enea Bastianini se ganó el ascenso al Ducati Lenovo Team tras un curso espectacular con el Gresini Racing. Pese a competir con una montura más antigua, 'La Bestia' asombró desde un primer momento al ganar la ronda inaugural en Qatar, mientras los pilotos de fábrica trataban de adaptarse a las exigencias de la potente Desmosedici GP22. Dos victorias más en Austin y Le Mans le servirían para erigirse como 'contender', a la sombra del duelo entre Quartararo y su ahora compañero, Francesco Bagnaia. Tras el parón estival, Bastianini daría mucha guerra a 'Pecco' y seguiría al alza, con un nuevo triunfo en Aragón, de camino a completar el podio de la general en detrimento de Aleix Espargaró (Aprilia Racing).

 

Martín y 'Bez', a la caza de 'Pecco'

Aquel impulso inicial de 'La Bestia' ha sido replicado a la perfección por Marco Bezzecchi (Mooney VR46 Racing Team) en 2023. El '72' ha exprimido una GP22 que funciona como la seda para sacar un gran rédito en las primeras rondas del año, ganando en Argentina y Francia. Con una moto teóricamente inferior, 'Bez' es 3º en la general a 36 puntos de Bagnaia, uno más que un Jorge Martín (Prima Pramac Racing) que ha destapado, por fin, el tarro de las esencias tras su formidable victoria en Alemania. Impulsado por la misma GP23 que 'Pecco', el español quiere dar mucha guerra en la segunda mitad del año, con su cita talismán en el Red Bull Ring asomando por el horizonte tras Silverstone. Ambos, junto a sus respectivos compañeros, Johann Zarco y Luca Marini, lideran una hornada de pilotos satélite dispuestos a hacer historia.

 
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